Video: Gobierno de Ecuador atenta contra libertad de Prensa de Canal 11 en ese país 2025
El dicho dice que toda la publicidad es buena publicidad. Eso puede ser cierto para los autores, productores de espectáculos de Broadway y músicos, pero para las agencias gubernamentales, la mala publicidad nunca es algo bueno. Los artistas necesitan sus nombres en el espacio público para ganar dinero, por lo tanto, si bien pueden ser molestados por una mala historia, se dan cuenta de que, en última instancia, es para su bien que sus nombres estén impresos.
A menos que una agencia del gobierno emprenda una campaña de concientización pública, a los ejecutivos del gobierno les gusta mantener a sus organizaciones fuera de las noticias.
Smokey the Bear mantiene el Servicio Forestal de los EE. UU. En el ojo público, pero a organizaciones como la Oficina de Responsabilidad Gubernamental y la Administración de Servicios Generales les gusta mantener un perfil bajo la mayor parte del tiempo.
La mala prensa es una de las señales de que su agencia gubernamental está en problemas.
Opinión pública desfavorable
Los medios sirven al público en general, por lo que cuando los medios se apoderan de una historia que retrata mal a una agencia gubernamental, los medios están impactando a la opinión pública. Mientras que los ciudadanos informados saben que son escépticos sobre lo que producen los medios, algunas personas siguen ciegamente lo que dicen sus presentadores de noticias favoritas, blogueros o personalidades de la radio.
El impacto que un medio de comunicación puede tener en la opinión pública depende del número de personas que el medio de comunicación puede alcanzar y de las características de ese público.
Atención desfavorable de los legisladores
La mala prensa lleva a los legisladores, ya sean estatales, federales o locales, a comenzar a hacer preguntas.
Estas personas son responsables por el público a través de las elecciones, por lo que deben mantenerse al tanto de cómo piensan y sienten sus electores.
Cuando ocurre una historia desfavorable, los legisladores quieren tener la misma información que los medios. De hecho, tienden a querer más, especialmente si la historia los toma por sorpresa.
Por ejemplo, el jefe de policía de una ciudad es despedido por robarle a la ciudad. Esto causará revuelo en los medios. Un administrador de la ciudad prudente alertará a los miembros del consejo de la ciudad sobre la situación antes de que la historia se rompa, pero aun así, los miembros querrán más información que la que se ha divulgado a los medios.
Si una historia es suficientemente mala, los legisladores estatales y federales convocarán a los líderes de las agencias a las audiencias de los comités. Estas audiencias están diseñadas para llevar la verdad al público y mostrar al público que sus funcionarios electos están abordando la situación.
Más Bad Press
Una mala pulsación conduce a una mala pulsación. Una vez que los medios se apoderan de una historia particularmente jugosa, sangran cada gota de tinta que pueden de ella. Para mantener la historia fresca, los reporteros escriben historias de seguimiento donde repiten lo que ya han escrito y agregan algunas piezas de información nueva.No dejarán ir una historia hasta que ocurra una de dos cosas: el público pierde interés o han desenterrado cada detalle que creen que pueden obtener.
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