Video: 3 secretos para obtener un aumento de salario (tu jefe no quiere que los sepas) 2025
De vez en cuando, todos lidiamos con la decepción en el trabajo. Solo pasa. Un gerente de recursos humanos puede elegir al candidato equivocado para llenar una vacante, un patrocinador del proyecto puede obtener apoyo de repente y un colega puede apuñalarlo por la espalda.
Una de las características de un empleado exitoso es la capacidad de manejar estas situaciones con profesionalismo. Un posible obstáculo en el manejo de la decepción es expresar adecuadamente sus sentimientos a los que están por encima de usted en la jerarquía de la organización.
Para evitar un error que limita la carrera en esta área, siga estos consejos para expresar decepción a su jefe.
Asegúrese de comprender su decepción
Si bien muchos lugares de trabajo están tan desprovistos de emociones como la administración puede controlar, incluso entre las personas más robóticas, las emociones pueden ser altas. En cualquier lugar de trabajo, hay cosas que evocan emociones fuertes. Supongamos que alguien más se atribuye el mérito de su trabajo y se sale con la suya. No importa en qué línea de trabajo se encuentre, esa es una acción altamente ofensiva y exige una respuesta oportuna.
Si está decepcionado en el lugar de trabajo, tómese un tiempo para comprender lo que siente y por qué se siente así. ¿Tienes todos los hechos? ¿Sus opiniones están respaldadas por hechos? Volviendo al ejemplo anterior, ¿está seguro de que la otra persona tomó crédito? ¿Cómo sabes que eso es lo que pasó? ¿Cuáles son los factores en juego que posiblemente afecten la situación?
No dejes que tus emociones se adelanten a tus datos.
Comprenda qué está pasando y cómo afecta su actitud.
Exprésate con claridad
Las palabras son poderosas. El lenguaje preciso es importante, y esa importancia se amplifica cuando la conversación es difícil, como cuando un empleado necesita expresar decepción a su supervisor.
Cuando expresa decepción, tenga cuidado con las palabras que elija.
Evite culpar sin querer a alguien por algo que no hizo. Por ejemplo, no culpe a su jefe por hacer algo que es requerido por la política de la organización. Si su jefe debe documentar formalmente un problema de rendimiento que usted considera un problema, no insinúe que su jefe tiene la culpa del problema documentado en su expediente personal.
La conversación debe permanecer enfocada. No se desplace de una queja a otra sin hacerlo explícitamente. Cuando la conversación se desplaza, poco se resuelve, y si hay remedios acordados, es posible que no aborden los temas correctos.
Sepa lo que quiere
Estar decepcionado se reduce a que no se cumplan sus expectativas. Pensaste que una cosa debería haber sucedido, pero no fue así y algo más lo hizo.
Cuando entras en la conversación con tu jefe sobre la desilusión, sabes lo que quieres sacar de la conversación.¿Simplemente desea ser escuchado y tener esta opinión en cuenta en futuras decisiones? ¿Quieres algún tipo de remedio para el daño que has experimentado? ¿Quieres una revocación de cualquier decisión que te haya llevado a tu decepción?
Saber lo que quiere ayuda a enmarcar y dirigir la conversación. Esto puede sonar manipulador, pero no lo es si no tiene la intención de ser manipulador.
Probablemente tenga un conjunto de puntos lógicos que quiera delinear secuencialmente para configurar lo que quiere que suceda. No hay nada de malo en delinear cómo quieres que se desarrolle el encuentro.
Mantén una mente abierta
Puedes entrar en la conversación sabiendo exactamente lo que quieres que suceda durante y después de la conversación, pero mantén la mente abierta. En virtud de su posición organizacional, su jefe puede tener una idea de su problema que no posee. Las ideas con las que entraste en la conversación pueden volverse irrelevantes o ineficaces con nueva información que tu jefe aporta a la conversación.
Esté abierto a soluciones, alternativas y compromisos. Las ideas que tu jefe trae a la mesa pueden ser mucho mejores que las tuyas.
Esté preparado para las consecuencias de hablar en voz alta
En las organizaciones saludables, las personas que expresan preocupaciones con respeto son valoradas por desafiar el status quo.
Reducen la probabilidad de pensamiento grupal y estancamiento. En organizaciones no saludables, las personas que se expresan son consideradas negativas y barreras para el progreso. Sepa qué tipo de organización es la suya.
Si trabaja en una organización no saludable, piense detenidamente si las posibles consecuencias de hablar valen lo que pueda obtenerse de la conversación. Algunas peleas no valen la pena si sabes que vas a perder.
Si trabajas en una organización saludable, sigue los consejos aquí. Su jefe realmente tratará de comprender sus opiniones y buscará la mejor resolución para todos.
Formas prácticas de lidiar con la decepción en el trabajo

Las decepciones profesionales son decepciones, no obstante, y enfrentarlas adecuadamente es importante para el éxito futuro. Así es cómo.
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